Como el que toma una ducha para comenzar el día, nosotros empezaremos con unos momentos de intimidad, que no de soledad.
Vamos a respirar con la barriga y a intentar escuchar los latidos de nuestro corazón... antes de entregarnos al grupo, a los equipos, al torbellino de emociones que se nos viene encima.
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| A algunos les cuesta más que a otros. También están los que, en principio, se niegan |
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| Poco a poco logramos calmar las risitas nerviosas |
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| Y ahora que ya estamos más tranquilos, el cuento de la estrella |
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Casi se puede ver la luz de estrella derramándose por cada unos de sus pies ¿que no?
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La proyección del pulpo enojado se prestaba también a una pequeña relajación para ejercitar el control de las emociones.
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