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Unas cuantas pinzas de tender son la inspiración de un cuento de otoño. Son las hadas del amanecer y del atardecer

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Este es uno de los grupos de aventureros antes de iniciar la ruta
Estamos en Las mimbres, Una de las zonas recreativas del parque natural de Huetor Santillán... y este año las setas la llevamos nosotros.
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Están hechas con servilletas de papel nos sirven para dar comienzo a nuestro
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| Seguiremos la pista de las setas hasta encontrar las preciadas hadas del amanecer y del atardecer. |
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| Con ellas vamos a saber muchas cosas interesantes del otoño |
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| Y también podremos demostrar nuestros conocimientos acerca de esta preciosa estación |
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| Incluso hay algunos que han descubierto una verdadera seta |
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| Nuestro experto, el tito Pedro Alcaide, nos asegura que dentro de una semana habrá muchas más. |
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| Pero para nosotros lo importante está en el paseo. Olores, texturas, colores... y amigos. |
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| ¡uauh! Una oruga en una corteza podría! |
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| Y está viva! |
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| Es la hora de la morcilla y la panceta. |
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| De eso se encarga nuestro héroe de intendencia, papá y amigo, Paco Llabrés |
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| Los rezagaos se unen a la comida con más frio que hambre |
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| Y, por fin nuestro concurso de postres. Aquí el insigne jurado. |
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| Se van a poner como el Quico. ¡Que envidia! |
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| La expectación se va mezclando con una lluvia fina que desemboca en una degustación masiva y algo caótica |
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| Pero no hay problema; hay para todos. |
Es el final de un día algo acelerado pero magnífico, en el que lo mejor, por supuesto, ha sido conocer nuevos amigos de juegos
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| Y entre premios, felicitaciones y lluvia nos apresuramos a recogerlo todo y a volver a casa |
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